Diarios de Sancho Panza

domingo, 23 de mayo de 2010

Capitulos 20-23


Después de todo empezó a llover. Yo quería volver adentro pero Don Quijote y su orgullo no me dejo, nos habían hecho pasar una gran vergüenza lo se, pero no quería mojarme. Me enojo que sea tan así, supongo que lo noto ya que empezó a hablar de oportunidades, puertas y yo no se que mas. Seguimos caminando de repente venia un hombre corriendo detrás de mi amo, tenia algo extraño en la cabeza, le dije a mi mano y me dijo que era un yelmo de mangrino, no sabia si creerle nunca había escuchado algo así pero bueno igual yo ya estaba harto de este señor tan necio, así que simplemente le dije que no lo iba a acompañar a otra aventura mas, me iba a quedar ahí. El se enojo y empezó a decirme que si no lo acompañaba el yelmo iba a venir y no se que. Me aparte del camino, según el me iba a demostrar lo valiente que era, lo malo es que ahora yo solo veía un señor con algo brillante en la cabeza, me pasaron tantas cosas por la mente, pero bueno Don Quijote ya no iba a entender. Cuando ya el hombre venia cerca de nosotros, Don Quijote le pego un susto que el hombre lo único que pudo hacer fue salir corriendo y dejar todo botado. Ahí nos dimos cuenta que lo que tenia en la cabeza si era algo brillante, pero Don Quijote seguía con que no, invento que le faltaba una parte y yo no se que. Cuando el hombre salió corriendo obviamente dejo su asno tirado yo me lo quería llevar, pero no pude, ya que Don Quijote no me dejo, me dijo que no se robaba. Me dio chicha ya que yo lo quería. Seguimos caminando y a mi antes me habían pasado muchas cosas por la cabeza, decidí decirle a mi amo. Le dije que fueranos donde un rey el podría remunerarnos bien y podría escribir de sus grandes aventuras, así todos recordarían a Don Quijote como el valiente caballero. Pensé que iba a salir con algunas de sus historias, creencias o cosas raras, pero no al parecer le gusto mi idea. Y después me puse feliz y todo, estaba orgulloso de mi idea y también de haberme atrevido a decírsela, ya que pensé que no le iba a gustar. Pero si estaba feliz ya que Don Quijote empezó a decir que el podía quedarse en el castillo con la hija del rey conseguir de todo y darme una ínsula. Ya que los dos estábamos feliz, le pedimos a Dios por nuestro futuro, yo quería que todo saliera bien obviamente, y por dicha Don Quijote estaba conmigo esta ves. Íbamos en el camino hablando de que debíamos llegar presentables, algo me dijo de mi barba y ahí íbamos felices hablando cuando de repente Don Quijote no me contesto mas. Cuando me di cuenta supuse que estábamos cerca de donde el rey porque lo que Don Quijote estaba viendo eran unos galeotes que iba a servirle al rey por haber hecho algo malo. Inmediatamente me arrepentí de haber dicho esto, ya que salió corriendo detrás de ellos, quien sabe ahora que iba a hacer. Les preguntaba cosas a los guardas yo no entendía muy bien que era hasta que lo vi hablando con cada uno de los muchachos, les preguntaba que porque estaban ahí aunque no todos querían contarle. Me pareció que Don Quijote estaba loco haciendo esto, pero de por si el ya estaba loco por hacer todo así que me quede escuchando un poco, me llamo mucho la atención una de esas historias hasta me dio tanta lastima que le termine regalando limosna. Seguimos entre ellos y mi amo seguía entusiasmado preguntando, cuando llegamos al final estaba Ginese de Pasamonte algo me decia que era como el peor. Lo confirme cuando vi que estaba amenazando al guarda y termino metiendo a mi amo en un problema ya que también termino peleándose con los guardas. En todo este alboroto tuve que ayudar a Ginese a soltarse ya que mi amo lo pedía, y después de eso todos terminaron escapando. Yo me sentía tan mal, ahora si nos atrapan tal ves ya no podamos ir hasta donde el rey, porque dios mío porque mi amo siempre tiene que meterse en un lio, y esta ves arruinar lo feliz que yo estaba. Y tras de todo empezó de nuevo con sus habladas y locuras de que todos tenían que ir corriendo a buscar a su amada princesa Dulcinea a relatarle lo que el había hechos por ellos y bla bla bla. Mi amo se enojo! dios es cierto que mi destino es que cada ves me pasen cosa peores y peores, nos empezaron a tirar piedras y como quedamos en el piso tirados nos robaron. Yo ya estaba cansado de este señor, claro el me dio la razón que si me hubiera hecho caso probablemente no estaríamos corriendo para ocultarnos hacia Sierra Morena. Como habíamos caminado tanto y estábamos cansado encontramos un lugarcito para dormir, antes de dormirme me quede pensando, en realidad ya estaba cansado de todo esto lo único que esperaba era que mañana fuera un mejor día y que no nos metiéramos en mas líos. Pero como ya lo he dicho antes pareciera como que cada ves que quiero que algo salga bien pasa lo contrario ya que cuando amaneció no tenia mi burro, ya no sabía yo ni que pensar, pero si me entristeció mucho. Entre sus habladas Don Quijote pudo consolarme y no fue del todo tan malo. Empezamos a caminar y ahora yo sin burro, sin nada en serio que estaré pagando yo con este señor, en eso entre mis pensamiento veo que Don Quijote se encuentra una bolsa muy curiosa, cuando la abrimos oh si! tenia oro, escuditos de oro! Me alegra un poco hasta que escuche a mi amo hablando de nuevo decía que teníamos que correr rápido yo no entendía para que pero bueno ahí iba yo detrás de el. En el camino decía que el había visto al dueño de esto no entendía para que quería devolverlo era como lo mejor que nos había pasado, pero este señor es así ya ni se que esperar de el. En la carrera nos encontramos con un cabrero y mi señor le pregunto por el hombre que buscábamos, el cabrero nos dijo que varias veces había pasado por ahí preguntando cosas, que el a veces lo llamaba loco pero que también a veces era una buena persona. En estas apareció el hombre "el loco" había dicho el cabrero, cuando veo yo que mi señor iba caminando en dirección de el y le dio un abrazo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario